En el mitin de Tulsa de Donald Trump asistieron unas 6.200 personas —menos de un tercio de las que cabían en el pabellón— y fue considerado un fracaso. De hecho, el discurso en el exterior del presidente se anuló ante la falta de público. La convocatoria debía movilizar a 19.000 personas, pero se le sumaron una serie de factores: el hecho de organizar un mitin en plena pandemia de la COVID-19 y en un momento de baja popularidad de Trump, las disputas por el movimiento Black Lives Matter y una movilización mundial de troleo de registros de asistencia por parte de muchos usuarios de TikTok fueron algunos de los detonantes decisivos. «TikTok se ha evidenciado como una herramienta comunicativa muy eficaz; además, los más jóvenes muestran cada vez más sensibilidad política», afirma Ferran Lalueza, profesor de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la UOC. Según el Pew Research, más de la mitad de la Generación Z reportó haber votado en las elecciones de 2018 en Estados Unidos y se prevé una tendencia similar para las de 2020, donde 47 millones de personas de entre 18 y 29 años podrán participar.
«Que TikTok sea un espacio de expresión política y activismo es una evolución hacia su madurez. Todas las redes sociales maduran y en algún punto de ese trayecto se convierten en herramientas de ciberactivismo», explica Miquel Pellicer, profesor colaborador de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la UOC. De vídeos musicales con filtros y coreografías imposibles, la red TikTok parece haber evolucionado hacia otras temáticas. Para Lalueza, esta madurez también se explica por un uso más amplio de esta red por parte de otros colectivos. «Sigue siendo una aplicación relativamente joven en la que prima el buenrollismo, pero ha alcanzado una masa crítica de usuarios que dificulta esa uniformidad fundacional. Con tantos millones de personas empleando TikTok, ya hay lugar para usos mucho más diversos, y eso incluye el ciberactivismo y la ideologización de contenidos», afirma.
Esta misma evolución la han vivido otras redes sociales, como Facebook, Twitter o Instagram. «No es una cuestión de novedad, sino un salto cualitativo: pasa de ser una red adolescente e infantil a convertirse en una red que incluye nuevos públicos y donde se han vertido estrategias políticas o de propaganda política», explica Pellicer. Ya en su momento, Snapchat se mostró decisivo ante los tiroteos en la escuela pública de Parkland y las protestas juveniles contra el uso de armas, y ahora TikTok coge el relevo. «Es una red para la expresión y el activismo político. El ciberactivismo parte de tener una filosofía en la cual todos los usuarios están conectados y, de alguna forma, estas herramientas sirven para proponer esta actividad política o ideológica», añade.
Símbolos y etiquetas políticas para construir la propia identidad en TikTok
Esta expresión política se traduce en vídeos con sombreros de MAGA («Make America great again») y que, con la etiqueta #MAGA, tienen 1,7 billones de visualizaciones a escala mundial. Asimismo, la etiqueta #Magahat suma 1,7 millones de visualizaciones. La imagen del puño cerrado del movimiento Black Lives Matter o la etiqueta #BLM —con 10,5 millones de visualizaciones— se usan como recursos simbólicos y visuales y como etiquetas compartidas por los jóvenes en TikTok. «A diferencia de otras redes sociales que podemos considerar “advenedizas”, esta red nació como una plataforma exclusivamente audiovisual; por tanto, todos los elementos visuales y simbólicos tienen en esta app un papel clave», afirma Lalueza. «En paralelo, la política simplifica cada vez más su discurso para conseguir impactar en un entorno de altísima saturación informativa y a la vez maximizar el número de simpatizantes más allá de cualquier sutileza que pueda generar fricción», añade.
«Es un modo de adaptar una propaganda política a las nuevas herramientas. Básicamente con el uso de etiquetas, elementos, filtros o música, cada movimiento de activismo social tiene sus representaciones, sus imágenes, sus iconografías y sus redes», explica Pellicer. Ambos expertos coinciden en que estos elementos se usan para conectar y destacar aspectos de expresión política y como una forma usada por estos jóvenes —el 41% de los usuarios de TikTok tienen entre 16 y 24 años— para construir parte de su identidad. En España, un ejemplo de ello sería el reto del #tagdelcayetano, que en TikTok ha tenido mucho éxito y ha sumado un millón de visualizaciones. En el reto, los jóvenes responden con una negación o una afirmación a diez preguntas sobre su inclinación política. «Esta red aglutina a usuarios infantiles y adolescentes que están construyendo su personalidad, su ideología y su forma de ser y de mostrarse ante la sociedad. Por eso la utilizan como forma de identificación o pertenencia a un grupo y de expresión política», afirma Pellicer.
El oversharing político puede ser un peligro
En esta línea, Lalueza recuerda el peligro que puede suponer compartir la orientación política en las redes, considerada como una información personal y privada. «Este tipo de retos, que comportan un posicionamiento político tan explícito como gratuito, conllevan un riesgo del que apenas son conscientes la mayor parte de las personas que lo han seguido. Facilitar abiertamente y sin ninguna restricción información sobre la propia ideología —en particular si dicha ideología aún no ha sido suficientemente madurada— puede tener consecuencias en el futuro, teniendo en cuenta que internet tiene memoria», advierte Lalueza. Este fenómeno se conoce como oversharing, es decir, sobreexponer toda nuestra información en internet. Un estudio de la firma de ciberseguridad Kaspersky refleja que hasta un 61 % de las personas de entre 16 y 24 años comparte imágenes e información privada en las redes.
TikTok permite compartir contenido con usuarios que no forman parte de nuestro círculo próximo de contactos y, hasta cierto punto, escapar del filtro burbuja. Para Lalueza, la posibilidad de establecer una interacción y una conexión con otros usuarios es una de las claves de TikTok y puede suponer, además, una clara ventaja de cara a su utilización por parte de actores políticos. Además, según el experto, propicia la «promiscuidad» de consumo de contenidos digitales, es decir, facilita el acceso a contenidos creados por usuarios que no nos siguen y a los que no seguimos.
«Las redes sociales tienen capacidad de polinización. Nuestra indignación también puede servir para transportar involuntariamente contenidos del signo contrario a nuestra forma de pensar. En este sentido, en TikTok también podemos ver este tipo de estrategia tan usada por partidos de ultraderecha», afirma Pellicer. TikTok se basa, sobre todo, en el humor y el sarcasmo como herramientas comunes; por ejemplo, el #tagdelcayetano lo realizan también aquellos que no se sienten identificados con él, igual que su contrario, el #tagdelperroflauta o el #tagdelajenni. «El humor puede servir para relativizar y limar asperezas, pero en ocasiones es un instrumento para ridiculizar a los que no piensan igual», afirma Lalueza.
Cosechar ideas en TikTok para recoger voto joven
Ya son muchos los partidos políticos que están en TikTok: VOX —es el que tiene más seguidores— PSOE y Podemos son algunos de los que ya han desembarcado en la red china, y quizá en el futuro muchos otros partidos se lo plantearán. «Estar por estar no sirve para nada; es importante tener una estrategia comunicativa, crear activismo político y construir comunidad», afirma Pellicer. Eso puede hacerse mediante una cuenta oficial o, como aconseja Pellicer, aglutinando una comunidad de individuos con un pensamiento similar y creando campañas que parezcan naturales pero que tengan una estrategia política detrás.
Pero si una gran mayoría de los usuarios que hay en TikTok no puede votar, ¿por qué les interesa a los partidos políticos estar en una red donde su público no puede darles el apoyo en las urnas? «Porque las ideologías se van cultivando y los adolescentes de hoy serán los futuros votantes, por ello, se asientan ideas y en esta batalla, TikTok es una ventana más”, explica Pellicer», explica Pellicer. De hecho, según el experto, el movimiento ultraconservador es muy potente en las redes y está vertiendo todas estas ideologías para acercarse a estos colectivos más jóvenes.
En esta línea, Lalueza afirma que muchos contextos políticos están tan visceralmente bipolarizados —en parte por el efecto del filtro burbuja que generan las propias redes sociales— que provocan «una especie de empate técnico difícil de romper si no es consiguiendo el apoyo masivo de los jóvenes que se incorporarán como votantes primerizos en los próximos comicios». Además, en TikTok ya ha empezado la colonización por parte de un usuario más adulto y, por tanto, conviene ir tomando posiciones para consolidar una presencia relevante para cuando, más pronto que tarde, la aplicación deje de ser ese reducto de niños y adolescentes con el que hasta hace poco ha sido identificada.
Fuente: https://www.uoc.edu/