La magia virtual

Gente que milita, participa o intenta cambiar el mundo a través de Internet. ¿Es un fenómeno que llegó para quedarse? ¿Sirve para algo? ¿Qué aporta? ¿Qué ventajas y desventajas tiene? ¿Reemplaza a la política tradicional? ¿Podemos los jóvenes aumentar nuestra participación usando las tecnologías de la información?
Vamos a comprobar algunas hipótesis. ¿Alguna vez reenviaste una cadena sobre temas políticos o sociales? ¿Te pusiste una vaquita en tu “nickname” (apodo) de MSN o una consigna de apoyo al gobierno? ¿Estás en Facebook? ¿Dejaste un comentario en una nota de la edición virtual de un diario? ¿Tienes un blog donde cuelgas tus opiniones? ¿Te adhieres a las campañas virtuales de Greenpeace? Aunque no hagas nada de eso, igual sigues estando en el “universo de interés” de hoy, porque para muchos, ya es “ciberactivismo” el simple hecho de estar leyendo una revista virtual. Informarse es el primer paso para participar.
Hoy hablamos de “ciberpolítica” o “política 2.0”, de “cibermilitancia”, de “ciberparticipación” y de “ciberactivismo”… El factor común en todas ellas es el uso de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, especialmente Internet y la telefonía móvil, como un medio de expresión y participación social. Como explicaba David De Ugarte, todos estamos abocados al “ciberactivismo.”
Internet tiene además muchas ventajas prácticas. Según Sebastián Lorenzo, 33 años, co-fundador de la agrupación Generación K, actual director ejecutivo de la Fundación Generación Libre y reconocido ciberactivista, las principales son: “El bajo costo para conectar a los militantes sin importar las distancias que los separen físicamente y la velocidad a la hora de transmitir mensajes en forma horizontal con herramientas de la web 2.0 como los blogs o wikies, o empresas como youtube.com o facebook.com. Otra ventaja importante se da en el marco de la formación de los cuadros políticos a distancia, con plataformas para el estudio online muy económicas o gratis.”
Otro problema: La “cibermilitancia” es la participación, pero de baja intensidad. Hacer un click para opinar o para apoyar una campaña determinada ayuda pero no alcanza. No vas a cambiar el mundo con un click. Participar en la red y en el territorio, es mucho, mucho más. Aprovechemos el potencial que nos brindan las nuevas tecnologías al máximo.
Podemos aumentar la participación política y social enormemente. Pero para eso hace falta involucrarse, participar y compartir, distribuir entre nuestras redes, esas que empiezan con nuestros hermanos y mamá, y terminan… No sabemos dónde… ¡Esa es la magia de Internet!
Fuente:http://www.eldiariodecoahuila.com.mx

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