El interés de Julieta Martínez (18) por el activismo surgió a muy temprana edad. Tenía ocho años cuando comenzó a asistir, en compañía de su mamá, a distintos espacios como charlas, conversatorios y paneles donde vio a gente exponer sobre la innovación social. La idea de poder cambiar el mundo a través de la acción fue algo inspirador para ella y quiso seguirla.
Partió moviéndose por sus propias causas. Julieta tiene diabetes mellitus tipo 1 y es insulina dependiente desde pequeña. A los 10 años, asistió a su primera marcha junto a su familia para pedir que las bombas para personas con esta enfermedad fueran parte del plan AUGE. Pese a que ella podía tener acceso a ese tratamiento, reflexionó en torno a la situación de muchos otros niños que no contaban con ese privilegio, lo que siguió gatillando su interés por el activismo.
“Me pareció una situación inaceptable y frustrante. Pese a que estaba chica, sentí una necesidad de salir de mi zona de confort, porque independientemente de que yo tuviera la bomba, que la mayoría de los diabéticos no la tuviera me hizo pensar sobre el funcionamiento del sistema de salud en el país y sobre la necesidad de justicia. Eso me motivó a seguir movilizándome”, explica.
En 2019, cuando tenía 15, creó la plataforma Tremendas con el fin de conectar y visibilizar a niñas y adolescentes que también estaban buscando de forma activa distintas formas de mejorar el mundo, ya fuese mediante ideas o proyectos concretos. Este proyecto se basa en los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenibles de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para generar acciones de impacto social usando sus talentos o habilidades para apoyar y/o levantar causas de impacto social. Algunas de las áreas que abarca son reducción de las desigualdades, educación de calidad y acción por el clima.
Con el tiempo ha ido participando de otras plataformas como Latinas For Climate, una red internacional donde es cofundadora y que integra a jóvenes feministas que se movilizan por la justicia climática interseccional en América Latina y el Caribe. También ha sido elegida para exponer en distintas instancias de envergadura internacional. Por ejemplo, fue una de las cuatro jóvenes oradoras en la charla “Acción para el Empoderamiento Climático” en la Cop 25 y el pasado 30 de junio representó a Chile en el Foro Generación Igualdad de las Naciones Unidas, donde pudo compartir escenario con la exsecretaria de Estado de EE.UU., la demócrata Hillary Clinton.
Eso no es todo. Recientemente fue seleccionada por el Banco Mundial, la Secretaría General de la ONU juventud y la Presidencia de Italia de la Pre Cop 26 para ser representante de Chile en la cumbre Youth 4 Climate Driving Ambition, que se realizará a fines de septiembre en Milán, Italia, y donde participarán jóvenes de todo el mundo para llevar una propuesta ambiciosa a la Pre Cop 26 y Cop 26.
¿Qué significa para ti haber sido seleccionada por la ONU y el Banco Mundial para ser la representante de Chile en la cumbre Youth 4 Climate?
-Postulé hace como 8 meses atrás a la instancia. La idea es trabajar en torno a cómo poder darle voz y voto a niñas, niños y adolescentes en los procesos de tomas de decisiones y que estén presentes en los procesos que los involucren. Estoy muy emocionada de poder ir a Milán a presentar a Chile para exponer mis propuestas. Principalmente, lo que yo quiero trabajar es cómo enfrentar la crisis climática con una perspectiva de género, un trabajo que se relaciona con lo que hemos hecho en Tremendas y Latinas For Climate. Hay que entender que este no es solo un problema ambiental sino también aquí se tiene que afirmar un pilar social importante donde los niños, niñas y adolescentes se vean representados y sobre todo las mujeres, que se ven en constante estado de vulnerabilidad. Ellas deben tener la oportunidad de salir de ese estado o tener la posibilidad de participar en la creación de soluciones que sean realmente efectivas para la resolución de estos problemas.
¿Cuál es el rol tienen las mujeres jóvenes y adolescentes en ese proceso?
-Creo que la crisis climática tiene rostro de mujer, porque, si bien sabemos que esta es una crisis que nos va a afectar a todos, debemos comprender que hay comunidades que se están viendo extremadamente afectadas y vulneradas y dentro de este grupo están las mujeres. Hoy el 70% de las personas más pobres del mundo o que se encuentran en situación de vulnerabilidad son mujeres y niñas. Hay un patrón constante donde, mientras más vulnerado te ves, tienes menos oportunidades, herramientas y mecanismos para poder salir del problema. Las soluciones se relacionan mucho con la educación.
CAMBIO CLIMÁTICO
Muchos hablan de la urgencia de una justicia intergeneracional porque el impacto del cambio climático lo sufren los más jóvenes… ¿Qué opinas de las acciones que tomaron las generaciones pasadas? ¿Es posible enseñarles a hacer un mundo mejor?
-Sin duda. Las generaciones mayores son las personas que hoy están en los mayores cargos de poder, que son presidentes o están sentados en los congresos, personas que tienen la oportunidad de decir sí o no a proyectos que van a marcar un antes y un después en las vidas de las comunidades. Cuando hablamos de juventudes, también hablamos que es importante tener presente la interseccionalidad. Quienes conocen mejor las problemáticas que están viviendo los niños, niñas y adolescentes son ellos mismos. También comprender que hoy en día, cuando hablamos de juventudes, no podemos ponernos a todos en la misma bolsa. No es lo mismo hablar, por ejemplo, de un niño que está viviendo en el norte de Chile, que en el centro o el sur. Tampoco es lo mismo hablar de una niña que está viviendo en una zona rural o en una zona urbana, o de un niño que es parte de una comunidad migrante o pueblo originario. O que está en situación de discapacidad o es parte de una diversidad sexual. Estas características marcan la diferencia y van a generar que los niños, niñas y adolescentes puedan estar viviendo distintos contextos, distintos tipos de discriminación o que tienen distintas herramientas. Es importante considerar también que han llegado a distintos niveles de educación, hay algunos que no han terminado la educación básica o media. Para generar soluciones efectivas, hay que considerar a todas las juventudes y en base a ello podemos empezar a trabajar bien.
¿Cómo podría mejorar ese diálogo interseccional?
-No tengo la respuesta definitiva, pero hay un proyecto que me gusta mucho. He participado en este tipo de espacios y he visto que tienen resultado, que son los consejos consultivos, es una oportunidad de generar estos espacios que sean creados para juventud, de jóvenes para jóvenes. Aquí se juntan jóvenes de distintas realidades, donde tienen la oportunidad de poner temas sobre la mesa y llegar a puntos comunes. Esa es la gran finalidad que tiene: buscar puntos de convergencia dentro de todos los problemas que enfrentamos hoy y eso poder conectarlo con temas que se están debatiendo ya o proyectos que se están llevando al Congreso. Creo que son una tremenda oportunidad. Se podría hablar de que los ministerios tengan consejos consultivos, también las organizaciones, las fundaciones y el sector privado. Es la oportunidad de sentarse juntos y poder unir distintos mundos.
¿Cómo evalúas la situación actual de Chile en esa materia y cómo podemos avanzar?
-Creo que hay varias opciones, pensando en las oportunidades que tiene chile de trabajar en todo lo que es economía circular. Hay muchas cosas que se pueden trabajar mejor, sobre todo porque estamos en un grado de urgencia gigantesco. Hay que hablar de situaciones como lo que vive Petorca, donde vemos a más de un millón de personas sin acceso a agua potable o hablar de realidades como personas que están viviendo en zonas de sacrificio. También de los niños, niñas y adolescentes que no pueden ir al colegio porque tienen nubes tóxicas por dos o tres meses. Hay niños que están creciendo con problemas neurólogicos o cardiorespiratorios. Es una situación terrible, pero no podemos quedarnos en lo horrible lo que es y luego mirar hacia otro lado. Por otro lado, cada vez se esta hablando más del tema de las energías renovables, que es algo que se ha tocado en varios espacios, pero pese a que es un cambio y se están buscando opciones, tenemos que llegar mucho mas allá. Tenemos que empezar a hablar del código de aguas, trabajar en relación a los vertederos que están al lado de comunidades, como Ventanas y Quintero. Hay que considerar que la crisis climática involucra también una crisis social. Cuando hablamos de educación, no se trata sólo de la educación medioambiental, sino que también se liga mucho con la formación cívica, por ejemplo. La oportunidad de tener debates y cabildos y no invitar sólo a los niños, niñas y adolescentes, sino que a la sociedad civil en general a tener un rol protagónico en todo esto, que se informen sobre lo que repercute en las comunidades. Y si no le esta afectando directamente, que también se involucren, porque aunque no te esté afectando directamente, también es para preocuparse.
SU ACTIVISMO
Cuando Julieta creó la plataforma Tremendas, buscaba que este fuera un espacio seguro, donde niñas y adolescentes pudieran expresar con libertad sus ideas y propuestas. Antes de fundar la plataforma, no la estaba pasando bien en el colegio, pues en ocasiones sufría bullying. Durante este período, también reflexionó sobre su situación de privilegio y que no todas las niñas y adolescentes tenían la misma oportunidad de acceder a herramientas que les permitieran desarrollar sus potencialidades.
“Tuve la oportunidad de tener acceso a internet para educar en torno al activismo, de tener una familia que nunca me cuestionó esa decisión y que siempre estuvo apoyándome. Tuve acceso a las herramientas disponibles para poder generar un impacto. De alguna forma, esa conciencia se convirtió también en la necesidad de salir de mi zona de confort”, dice.
Esas ganas de generar un cambio en esta situación fue una de sus motivaciones para poner manos a la obra y fundar Tremendas, un espacio de participación y colaboración para niñas y adolescentes donde ha desarrollado gran parte de su activismo. Su idea inicial fue crear un sitio web para visibilizar la historia de mujeres jóvenes que estuviesen impulsando cambios en la sociedad. Hoy, ya promueven diversas actividades como la organización de exposiciones, ciclos de conversación e iniciativas virtuales.
¿Qué te inspiró a crear Tremendas?
-Quise crear un espacio seguro. Me encontré con muchas chicas muy potentes que tienen muchas ideas y proyectos, pero lamentablemente muchas veces se quedaban en la cabeza no más. Muchas veces me tocaban situaciones donde me encontraba con chicas que me contaban que querían hacer muchas cosas, pero les llegaban comentarios cuestionándolas, lo que es frustrante. Más allá de vivir en una sociedad que es super adultocentrista, que alguien cercano te haga un comentario que desvalorice tu trabajo cuando eres niño o niña puede ser muy influyente. Si mi mamá me hubiera dicho “no, pero como se te ocurre”, probablemente pude haber dejado mis proyectos hasta ahí. Hay que darse cuenta que las palabras tienen peso, así que es mejor que se le invite a las niñas a crear, a soñar en grande y que crezcan ambiciosas.
“Entonces, quise crear un espacio seguro generar un espacio de conexión entre niñas y adolescentes que estuvieran interesadas en el mundo de la acción social y eso conectarlo con sus talentos en el mundo de las ciencias, artes, biología, matemáticas, la innovación y ver la forma de cómo conectar eso que les apasiona con causas que involucren impacto social para generar un cambio sistémico. La idea es generar un impacto actuando local, pero pensando global”.
¿Cómo han sido estos años de camino de activismo para ti?
-Ha sido algo que ha tenido momentos súper bonitos y otros no tanto. En cuanto a lo bonito, ha sido poder tomar acción por las causas que me apasionan y generar impacto. También siento que me ha traído una segunda familia. Es impresionante que la plataforma no sólo ha generado un impacto en mi vida en particular, sino también en la vida de muchas chicas que están teniendo la oportunidad de llevar lo que les interesa a un proyecto concreto.
¿Ha implicado mucho trabajo para ti?
-Creo que el mundo del activismo no es fácil. Este se hace de muchas formas. Implica muchas noches de trabajo, preparando documentos, días en que, por problemas de zona horaria o diferencia horaria, estás con personas que tienen hasta 14 horas de diferencia contigo y que no siempre los proyectos van a salir adelante o que pueden tener problemas en el camino. Pero cuando se caen, te levantas cinco veces más para poder lograr que tu proyecto salga adelante. Creo que es súper importante destacar el activismo en las sombras, que es todo este trabajo de personas que son activistas que tal vez no están con megáfono en mano, pero están trabajando todos los días para sacar proyectos adelante, para apoyar a sus compañeros y compañeras y para ver cómo podemos generar un cambio sistémico.
¿Cuál es tu principal motivación para seguir avanzando en la vía del activismo?
-Creo que las personas con las que trabajo. Yo soy súper fan de las chicas con las que trabajo y es impresionante ver los perfiles de las chicas que llegan a Tremendas, los sueños que tienen y los proyectos que están llevando a cabo. Es eso lo que me saca de la cama a seguir trabajando, metiéndome en reuniones todo el día y aprovechando cada espacio que tengo para hablar de Tremendas o Latinas For Climate. El sueño que tengo con Tremendas, es que se vuelva un ciclo constante, algo permanente, un espacio donde están llegando constantemente chicas con ganas de sacar proyectos adelante y después, cuando sean más grandes, salgan y lleguen nuevas para que la rueda siga girando.
“Yo sé que estoy creciendo, ya no soy menor de edad y se siente un poco raro. Pero lo que más quiero ahora de Tremendas es que tenga su propia luz y que no sea sólo Julieta Martínez, sino que todas seamos parte de esto, que es un trabajo superior horizontal. Me motiva que todas las chicas que alguna vez les dijeron que no y se sintieron solas, ahora tengan su espacio, herramientas y todo lo que necesiten para impulsar aquellos proyectos que las apasionan puedan surgir y salir adelante”.
Fuente: Theclinic.cl