El ejecutivo de Bashar Asad ha confirmado la muerte del ciberactivista opositor sirio palestino Bassel Khartabil, cinco años y cinco meses después de su detención. Según el también activista Rami Jarrah, Bassel fue ejecutado en 2015, pero el Gobierno no lo confirmó a su viuda, Nura Ghazi, hasta este martes. Su muerte se enmarca en la incesante persecución de activistas seculares por parte de Damasco.
Este martes por la noche, Ghazi dio la noticia a través de Facebook, aunque no precisó cómo supo de ella. “Fue ejecutado poco después de ser trasladado a la prisión de Adra en octubre de 2015. Este es el fin que encaja en un héroe como él”, escribió. “Es una pérdida para Siria. Es una pérdida para Palestina. Es una pérdida para mí“.
Khartabil, experto en informática y de 34 años al morir, sentó las bases de la red que permitió burlar la férrea censura digital siria. Su labor permitió que activistas sirios pudiesen contactar entre ellos para organizarse contra Asad. Además, era el delegado local de Creative Commons, una organización alternativa de derechos de autor, y era activo en proyectos digitales abiertos como Wikipedia y el navegador Mozilla Firefox.
“Su papel fue determinante a la hora de facilitar el acceso de los activistas a espacios donde comunicarse, compartir información y reunirse en el ciberespacio. A fin de cuentas, se le considera el encargado de abrir Internet a la población siria, con todo lo que ello ha supuesto en el contexto revolucionario”, explica a EL MUNDO Naomí Ramírez, doctora en Estudios Árabes e Islámicos especializada en Siria, país donde vivió.
Bassel Khartabil se definía como pacifista y defensor de la libertad de información y la programación en código abierto. En 2012 fundó Aiki Lab, que permitió reunir ingenieros, artistas e informáticos en Damasco para desarrollar iniciativas como la que, en 2005, reconstruyó virtualmente el sitio Arqueológico de Palmira. Este trabajo es crucial ahora que Palmira ha sido destruida por el Estado Islámico y requiere reconstrucción.
Las fuerzas de seguridad sirias detuvieron a Khartabil en Damasco el 15 de marzo de 2012, justo cuando el levantamiento popular sirio cumplía un año. Fue interrogado y torturado entre acusaciones de espionaje. Los agentes incautaron sus equipos y lo incomunicaron durante nueve meses. Así se convirtió en uno de los más de 65.000 sirios desaparecidos desde 2011. Hoy es uno de los más de 17.700 muertos bajo custodia policial.
Durante los últimos años, numerosas organizaciones defensoras de los Derechos Humanos han impulsado campañas para liberar al ciberactivista. En abril de 2015, el grupo de trabajo de la ONU sobre detenciones arbitrarias emitió una resolución en defensa del joven que exigía su liberación inmediata. El medio Foreign Policy lo incluyó en su lista de Pensadores Globales de 2012 por “insistir en una revolución siria pacífica”.
Pese a la presión internacional, la administración de Bashar Asad, quien define como “guerra al terrorismo” el conflicto que sufre su país, condenó a muerte a Khartabil bajo acusación formal de “socavar la seguridad nacional”. Según Nura Ghazi, a la que conoció durante las manifestaciones contra Asad de 2011, unos individuos le habían comunicado la sentencia en noviembre de 2015
Fuente: Elmundo.es